Para los investigadores policiales y judiciales la muerte de Rosa Alfaro, la mujer de 53 años que fue baleada el viernes pasado en su casa ubicada en Montecaseros, fue un crimen. Los pesquisas descartaron que el hecho de sangre haya sido un accidente o un suicidio e imputaron al esposo por el femicidio en San Martín. Para ello, se incorporó en el expediente un informe científico que fue clave.
Desde el momento en que la mujer fue internada en el Hospital Perrupato se activó el protocolo de violencia de género, aunque existían ciertas dudas respecto a la mecánica de hecho. Una versión apuntaba a que mujer se había quitado la vida, pero un informe que llegó a manos del fiscal departamental Gustavo Jadur y terminó derribando esa teoría.
Se trata de una prueba de barrido microscópico que encontró partículas de pólvora en las manos y la prendas de ropa del esposo de la víctima fatal, Gustavo Repetto. Fuentes judiciales detallaron que también se encontraron rastros en el cuerpo de la víctima, aunque en menor cantidad que el presunto agresor y particularmente en la palma de sus manos, por lo que podría haber estado en una posición defensiva al momento del ataque.
En los próximos días se concretarán dos declaraciones que serán de importancia en el expediente, sobre todo para reconstruir lo que ocurrió esa mañana pero también para contextualizar cómo vivía la pareja -hasta el momento nadie ha hablado de antecedentes de violencia de género-. Se trata de dos hijos del matrimonio: una chica de 22 años que ya brindó una primera versión que será ampliada y un niño de 13 años que deberá declarar en cámara Gesell.
Mientras tanto, Gustavo Repetto quedará alojado en la penitenciaría e imputado por homicidio agravado por el vínculo, por mediar violencia de género y por el uso de arma de fuego. Con esta calificación, arriesga la chance de enfrentar un jurado popular y terminar condenado a una pena de prisión perpetua.
Rosa Alfaro y Gustavo Repetto eran una pareja que vivía en una finca ubicada en la localidad de Montecaseros, donde mayormente se dedicaban a la venta de animales. El viernes por la mañana recibieron la visita de un cliente que se retiró del lugar, pero minutos después recibió un llamado del hombre que le pidió ayuda para trasladar a su esposa hasta el hospital ya que se había descompensado.
Rosa Alfaro ingresó al Hospital Perrupato en delicado estado de salud y murió a los pocos minutos. Cuando los médicos detectaron que tenía una herida de arma de fuego en el pecho, notificaron a las autoridades y se aplicó el protocolo de femicidios. Repetto quedó detenido y se realizó un allanamiento en la finca donde hallaron el arma homicida, un rifle calibre 22.
Informe publicado originalmente en Diario Uno, por Sebastián Salas.