Varias provincias argentinas (entre ellas Mendoza), han decidido trasladar la percepción del impuesto de sellos a las fábricas y concesionarias de vehículos, lo que podría aumentar el precio de los autos y motos 0 kilómetro.
Esto afectaría a los consumidores finales, quienes tendrían que pagar un costo adicional que puede variar entre el 1% y el 3% del valor del vehículo, dependiendo de la provincia.
Reacción de las Provincias
La medida se produce después de que el Ministerio de Justicia de la Nación implementara reformas para reducir los costos de patentamiento, eliminando el cobro obligatorio de impuestos provinciales y municipales en los Registros del Automotor y rebajando el arancel de transferencia al 1%. Sin embargo, las provincias han encontrado mecanismos para seguir percibiendo esos tributos.
Impacto en el Sector Automotor
El sector automotor ha cuestionado la medida, considerándola ineficiente e injusta. Argumentan que las fábricas y concesionarias no tienen contacto con el usuario final y que, si deben asumir la tarea de cobrar impuestos provinciales, lo único que pueden hacer es subir el precio del auto, lo que perjudica directamente al consumidor.
Contradicción con la Política Nacional
La medida también contradice el esfuerzo del Gobierno nacional y de la industria por reducir los costos de los vehículos. Las fuentes del sector remarcan que no tiene lógica que las fábricas o concesionarias tengan que cobrar impuestos provinciales.