Sáb. Nov 23rd, 2024

El bag in box lidera el crecimiento mientras los vinos tradicionales sufren una caída en el consumo

En los primeros tres meses del año 2023, el consumo de vinos en Argentina experimentó una preocupante caída del 13,4%. Sin embargo, al analizar en detalle los datos, se revela que hay factores más complejos en juego. Durante ese mismo periodo, el segmento de bag in box mostró un crecimiento meteórico en las ventas, registrando un aumento del 85,5% en el primer cuatrimestre. Esto indica que la industria vitivinícola está atravesando cambios significativos que van más allá de los precios.

Para comprender la situación actual del sector, es necesario distinguir entre variables coyunturales y tendenciales. Las primeras se relacionan con asuntos como la inflación, la inestabilidad del país y la caída en el salario real, mientras que las segundas se vinculan con fenómenos socioculturales más amplios. Detrás de las cifras de consumo hay un panorama complejo que merece ser analizado en profundidad.

En cuanto a los despachos de abril, se observó una disminución del 6,5% en comparación con el mismo mes del año anterior, continuando una tendencia a la baja que se viene registrando desde el comienzo de 2023. La caída acumulada en enero, febrero y marzo alcanzó el 13,4%.

Es interesante destacar que, mientras los vinos tintos y de color experimentaron una disminución en su consumo, los vinos blancos mostraron un crecimiento notable. Esto llevó a que los vinos «sin mención varietal» presentaran números positivos, mostrando una preferencia hacia opciones más frescas y livianas por parte de los consumidores.

Esta tendencia también se refleja en los diferentes tipos de envases utilizados. Los vinos en tetra, asociados a productos genéricos, tuvieron un mes destacado en abril, creciendo un 16,7% en comparación con el mismo mes del año anterior.

Por otro lado, los «nuevos envases» como la lata y el bag in box experimentaron un excelente desempeño en el primer cuatrimestre, registrando un crecimiento del 53,9% y 85,5% respectivamente en los despachos. Estos datos refuerzan la idea de que los consumidores están buscando opciones más convenientes y accesibles, adaptadas a sus necesidades y preferencias.

Sin embargo, hay factores preocupantes que podrían afectar a la industria en el futuro cercano. La vendimia de 2022 fue pobre, con una caída del 12,9% en la cosecha de uva. Además, se estima que la producción de uva en 2023 será la más baja en los últimos 30 años, con una contracción del 20,7% y solo 15,3 millones de quintales disponibles. Esto plantea un desafío en términos de abastecimiento de materia prima para la industria vitivinícola a lo largo del año.

Como consecuencia de la disminución en la elaboración de vinos, que se contrajo en un 18,3%, la producción total de bebidas sufrió una caída del 6,2% en el primer trimestre de 2023 en comparación con el año anterior. En contraste, la producción de bebidas gaseosas, cervezas y bebidas espirituosas no experimentó cambios significativos en el mismo periodo.

Estos datos revelan un panorama desafiante para la industria vitivinícola argentina. La caída en el consumo de vinos tradicionales, junto con el crecimiento de los vinos blancos y los envases alternativos como el bag in box, refleja cambios en los patrones de consumo de los argentinos. La escasez de materia prima debido a la mala vendimia y la disminución en la elaboración de vinos plantean desafíos adicionales para el sector. Sin embargo, la industria tiene la oportunidad de adaptarse a estos cambios y explorar nuevas estrategias para satisfacer las demandas cambiantes de los consumidores.

Fuente información: Diario Uno. 

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