Desde hace semanas, la mencionada localidad de San Martín se encuentra atravesada por una denuncia de violación dentro del núcleo familiar del cocinero de un merendero. El hombre de 43 años está siendo juzgado y arriesga hasta 28 años de prisión.
Todo comenzó a mediados del año 2020. En ese momento, en plena etapa de restricciones por Coronavirus, una nena de 14 años se quebró delante de su madre y contó una situación de abuso que habría perpetrado su tío. La charla se dio luego de que la mujer escuchara que su hija advirtiera a su familiar, pidiéndole que no la toque.
Según contó la menor, su tío en una primera instancia le mostró los genitales mientras le decía “Esto es lo que te tiene que gustar”. Luego en otra ocasión en la que ambos estaban solos en el mismo domicilio, la habría vejado tras amenazarla con un arma. La menor aseguró que logró zafarse del ataque sexual gritando y mordiendo la mano de este hombre.
La abuela materna de la nena y el propio imputado, aseguran que la denuncia es mentira, y que forma parte de un modus operandis repetido por parte de la madre de la presunta víctima, con la que, dicen, tienen problemas familiares desde hace tiempo. El adulto de 43 años expresó que vive con su pareja, sus hijos y su suegra, que está postrada y no sale del domicilio. Según dijo en el juicio, nunca estuvo a solas con la menor.
Las pericias realizadas no dieron cuenta de rastros de lesiones en la zona íntima de la menor, aunque la Cámara Gessell arrojó como resultado que la joven tiene un relato creíble y no preparado ni influenciado por otras personas. Al denunciado, que ejercía como cocinero en un merendero de la zona, los estudios no lo favorecieron. Incluso dio como resultado que es una persona con tendencias agresivas y con características psicópatas.
El juez a cargo de la causa es Eduardo Orozco, el juicio comenzó hace días y luego de las declaraciones testimoniales, la presentación de pruebas y el debate, se dará el fallo que determinará si el sospechado tendrá que ir a la prisión. La condena podría oscilar entre los 8 y 28 años tras las rejas.
Foto: Gentileza Diario Uno. El pixelado de la imagen es obligatorio para resguardar a la menor.