Organizado por el Área Joven de la Municipalidad de General San Martín, se llevó a cabo el festejo del 66° aniversario de la biblioteca popular Ricardo Rojas, con la presentación del libro “La eterna Margarita”, de la escritora y periodista sanmartiniana Roxana Palazzi y la actuación del reconocido pianista Miguel Maryllack.
Apenas pasadas las 20, el frío del sábado se templó poco a poco, dentro de uno de los salones de la biblioteca Ricardo Rojas, con la llegada del público asistente. Allí, comenzaron los festejos por el mes del aniversario 66 de la biblioteca.
El coordinador del Área Joven del municipio, Emanuel Tobares dijo que “de a poco hemos parquizado e iluminado el predio y también trabajamos en algunos problemas edilicios que tenía la biblioteca. No se trata de libros solamente, la biblioteca está abierta para los jóvenes que quieran pedir las instalaciones y dentro de poco, vamos a tener clases de piano en este maravilloso lugar”.
Con respecto al aniversario, el funcionario destacó: “Estas instituciones de nivel intermedio son las que nos permiten participar activamente como ciudadanos. Contribuimos mucho con la cultura acercando por ejemplo estas biografías como la de Margarita, que son aportes que no tienen precio”.
El comienzo del acto, fue el momento oportuno para destacar a otra institución similar, pero de la ciudad de Palmira: la biblioteca Julio Argentino Roca, que lleva ya más de 100 años de vida. Del mismo modo, la municipalidad de General San Martín, reconoció con una placa distintiva al personal de la biblioteca Rojas.
Luego, fue el turno de la escritora Roxana Palazzi quien comentó algunos párrafos de su libro y recordó la fructífera actuación política y docente de la protagonista del libro: Margarita Malharro de Torres. “Margarita fue una adelantada a su tiempo; en el año 60 ya trabajaba firmemente en política. Nunca abandonó la docencia, se jubiló como maestra y compatibilizaba ese trabajo con la familia y la política” dijo la autora.
Para finalizar el acto, el pianista Miguel Maryllack interpretó música clásica, algunas piezas cubanas y un arreglo propio de la Tonada de Otoño, en uno de los dos pianos que posee orgullosamente la Biblioteca.