Vie. Nov 22nd, 2024

Una pareja decidió montar su propia empresa de elaboración de alfajores, dándole una fuerte impronta mendocina con la introducción del bonarda en sus preparaciones. Compartimos la historia de Tomás y Bárbara, y su delicioso “El Andino”.

Hace cinco años, Tomás y Bárbara le dieron vida a  El Andino, un emprendimiento de alfajores bien locales que, con el paso del tiempo, se ha ido ganando el prestigio de quienes han tenido la fortuna de degustarlos. Y si resaltamos esta característica no es simplemente porque son realizados en Mendoza, si no porque están rellenos con mermelada de vino, con tres varietales diferentes a elección: Malbec, Torrontés o Bonarda.

Tomás dialogó con FM 103.5 General San Martín, y contó que todo nació en un viaje por el interior del país: “Estábamos en Córdoba, y cuando volvíamos pensamos en que podíamos traerle a nuestras familias. Se nos vino a la cabeza llevar alfajores y ahí se nos ocurrió. Con Bárbara, que es el corazón de nuestro emprendimiento y es pastelera, pensamos en hacer un producto diferente, propio de Mendoza. Ahí salió la idea de hacer el alfajor

Después de muchas pruebas y de ir perfeccionando la receta, lograron el resultado que estaban buscando y finalmente la golosina tomó forma. “La combinación de las tapas artesanales y el vino da un sabor espectacular. El chocolate con el vino van de la mano. El proceso de reducción evapora el alcohol pero el sabor del varietal queda concentrado, explicó el encargado de la comercialización del producto.

Otra de las características de El Andino es el tamaño que ofrecen. En un mercado donde la competencia ofrece 45 o 50 gramos, ellos buscan superar ese número: “Contamos con el clásico de dulce de leche que puede ser blanco o negro y pesa 90 gramos. El de mermelada de vino pesa 70 gramos. Tratamos de hacer que cuando la gente lo pruebe, no se quede con gusto a poco. Buscamos que sea rico y que sirva para compartir. Que vuelvan por el sabor pero también por el tamaño”, dijo Tomás.

Para ambos, lo más importante es mantener la calidad y el sabor, buscando un crecimiento más lento pero seguro.  “El crecimiento va de la mano con la parte económica. Cuando crecés necesitás otra infraestructura y otros materiales. Los volúmenes se incrementan y tratar de conseguir la misma materia prima es difícil. Hay que rebuscársela por todos lados, buscando alternativas sin perder la calidad ni cambiar el sabor. Estamos haciendo un alfajor premium, y el chocolate, dulce de leche y todos los productos utilizados tienen que cumplir ciertos estándares”, analizó.

De cara al futuro, la idea es darle más importancia a la comercialización vía internet, y conseguir un punto de venta propio que incluya dar a conocer el detrás de escena. En breve implementarán una tienda virtual, que es una forma muy práctica en cuanto al envío y forma de pago, y el objetivo es contar con su propio lugar de venta, que les permita charlar con la gente y mostrar el proceso de elaboración.

Finalmente, Tomás se emocionó recordando sus raíces, y dejando en claro su conexión con San Martín: Yo soy sanmartiniano, tengo mi familia en San Martín, y con el correr de la vida me tuve que trasladar a otras zonas. Pero siempre mi corazón quedó ahí. La familia de mi esposa también es de ahí, y queríamos volver a nuestro pueblo y hacer un homenaje a todo lo que uno dejó. Pensando en cómo podíamos regresar se nos ocurrió el homenaje de ocupar el varietal Bonarda. Por eso presentar nuestro alfajor, es un poco decir que esta es una idea sanmartiniana cerró el emprendedor.

Para poder conseguir los riquísimos alfajores de El Andino, lo ideal es contactarse vía telefónica al 2616129347, o por correo a alfajoreselandino@gmail.com. O buscarlos por redes sociales con el nombre de la empresa.

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