Desde hace un tiempo, se aplica un método de clasificación de pacientes que es muy útil para atender en el marco de una emergencia. Acá, en Info del Este, te lo contamos al detalle.
Ninguna región está exenta de atravesar una situación de riesgo que la coloque en una posición de vulnerabilidad desde lo sanitario. Para muestras sobra un botón: El vuelco del colectivo que trasladaba a hinchas de Boca, y que dejó una veintena de heridos y una mujer fallecida, obligó a que el sector sanitario de la zona Este se activara por completo. Todos los pacientes fueron atendidos, y se evitaron males mayores. Pero desde Info del Este nos preguntamos, ¿Cómo fue posible?
Todos los cañones apuntan a un método de división de pacientes que es común en el ambiente de la salud, pero que es poco conocido por la población en general. El triage, o triaje, permite la clasificación individual para acelerar los procesos y agilizar la respuesta que se brinda.
El Hospital Alfredo Ítalo Perrupato, tal como comunicó en sus redes sociales en abril de este año, implementa un código de colores según el nivel de prioridad del cuadro de cada individuo. El mismo está dividido en cinco escalones, cada uno con un color distintivo.
El azul o nivel cinco se utiliza cuando el paciente no sufre un compromiso de su estado habitual, y en ese caso se lo deriva a consultorios externos luego de la revisión inicial. El código verde significa atención prioritaria, aunque como no corre riesgo su estado habitual en el corto plazo, su atención puede ser ambulatoria o directamente con una consulta externa.
Luego llega el nivel tres, marcado con color amarillo. Acá ya hablamos de urgencia, es decir cuando la persona tiene signos vitales normales, pero posee un cuadro de situación que puede empeorar y ponerla en riesgo mayor si no se actúa en menos de dos horas. El código naranja, el segundo escalón dentro del triage, trae aparejada la palabra emergencia. Se trata de pacientes con rápido deterioro, que pueden esperar sólo un máximo de treinta minutos.
La cúspide de la pirámide la ocupa el color rojo. Acá, como la lógica indica, hablamos de riesgo de muerte y hasta el requerimiento de tareas de reanimación. En estas situaciones la atención debe ser inmediata. Finalmente, el último color es el negro. Se utiliza cuando el deceso ya es un hecho.
A la par de esta selección, también se aplica un monitoreo constante de la ocupación de los distintos nosocomios, la cercanía de los mismos y sus especialidades. Así, por ejemplo, se toma la decisión de trasladar a una mujer embarazada a cierto hospital, o a los niños a otro. De esta forma se le da respuesta a cualquier eventualidad que pueda ocurrir, tal como sucedió hace sólo unas horas en San Martín.